Curiosidades sobre la seda
La seda es un material textil mucho más sorprendente de lo que se cree. La mayor parte de la gente piensa en ella por su belleza, por su calidez en el roce o por las elegantes prendas que se confeccionan con ella. Sin embargo, hay mucho más, pues es bastante curioso este singular tejido, como vemos a continuación.
Por ejemplo, el origen de la seda. Durante millones de años, la selección natural ha permitido que sean los gusanos y las arañas los encargados de tejer grandes redes que ahora podemos aprovechar para diseñar prendas de uso diario.
Las mayores fuentes de las que se obtiene la seda se encuentran en Asia Menor, junto con Japón, India y China. Ya históricamente recordamos la famosa Ruta de la Seda que traía este material a Europa seleccionado de los capullos de insectos, generalmente, pertenecientes a la familia de los Lepidópteros.
Aunque en ciertas regiones de Asia, particularmente en India, China y Japón se producen sedas silvestres, la mayor parte que se usa procede del clásico gusano de la seda, conocido científicamente como Bombyx mori.
En este caso, se aprovecha la fase del gusano en que pasa de oruga a mariposa, para lo que previamente forma una ninfa o crisálida, alrededor de la cual se segrega una gran cantidad de este material en un capullo que mide cerca de 2,5 centímetros de longitud. En realidad, hablamos de un hilo continuo que alcanza los 1200 m de longitud.
El hilo de la seda y otras curiosidades
Llama la atención que el hilo que forma el gusano esté compuesto de dos fibras llamadas fibroína que se unen entre sí por medio de la sericina. Esta doble fibra emerge en forma semilíquida desde la cabeza del insecto y luego se solidifica al contacto con el aire, siendo tejida en el interior del capullo a través de movimientos de cabeza del gusano.
La fibroína posee una secuencia de aminoácidos muy singular en forma de láminas Beta que por una cara contiene glicinas y por la otra serinas y alaninas.
Estas fibras poseen una enorme resistencia, pero a la vez son muy flexibles. Y es que, la seda, aunque parezca sorprendente, es más resistente que un cable de acero del mismo grosor, pero presenta una elasticidad mucho más elevada. Por eso se dice que, si un cable fabricado con el material del gusano tuviera un grosor similar al de un lápiz, podría detener un avión de pasajeros en pleno vuelo.
Debes saber que las fibras de las diversas sedas se pueden estirar hasta 20 veces su tamaño sin romperse, por eso no hay que tomar a broma aquella canción infantil de los elefantes balanceándose sobre la tela de una araña, porque podría ser algo real si tuviera el grosor adecuado.
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